1) Limpieza básica
Aspirar con regularidad
La frecuencia de aspiración de la alfombra depende de su estado y uso. Si está en una habitación muy transitada, como el pasillo, el comedor o el salón, recomendamos pasar el aspirador a diario. En el dormitorio, una vez a la semana es suficiente. Recuerde limpiar también la parte trasera de la alfombra. En caso de suciedad aguda, por supuesto puede aspirar más a menudo. Si padece alergias, debe tener en cuenta algunos aspectos especiales a la hora de aspirar. Puede leer más sobre este tema en el artículo de nuestro blog Alfombras para alérgicos. A continuación encontrará más información sobre los distintos materiales de las alfombras.
Golpear, sacudir y airear
Lo ideal es sacudir la alfombra una vez al año. Así eliminará la suciedad más profunda. Lo mejor es utilizar un sacudidor de alfombras. A continuación, deje que la alfombra se airee al aire libre para eliminar los malos olores. Nota: Las alfombras de viscosa quedan excluidas de este procedimiento, ya que estos diseños son especialmente sensibles. Golpearlas puede dañar la estructura de las fibras.
2) Limpieza a fondo
Le recomendamos que encargue a un profesional la limpieza de su alfombra cada tres o cinco años. Si tu alfombra es lavable según el fabricante, también puedes limpiarla tú mismo. Tanto si la lava en la lavadora como a mano, le hemos resumido la mejor manera en nuestro artículo del blog Lavado de alfombras.
Consejo: Si no puedes lavar tu alfombra, también puedes volver a limpiarla con un limpiador.